lunes, 10 de agosto de 2009

Cuanto llegué a quererte...



Miro tu rostro, pienso
cuanto llegué a quererte,
grabé tu voz en mi alma
y así oírte para siempre;
Tus manos fueron sustento,
tu alegría mi alimento,
tu consejo la esperanza
en mis días sin aliento;
Te fuiste, sin despedirte,
sin rastro donde seguirte,
solo tu huella en el aire,
con una mirada, te fuiste.
Me pierdo en el horizonte
en busca de tu consuelo,
lo encuentro, me devuelves
a esta tierra de desvelos,
donde sola me dejaste
huérfana en mi dolor,
donde cada noche siento
que me falta tu calor.
No te olvido, no querrías,
vivir sin pensarte, ¿podría?
Si apenas vivo sin verte
olvidarte la muerte sería.